Aire verdadero es el título de esta primera publicación poética de Armando Silles. Y, en mi opinión, no podía haber elegido un título más acertado. Los que conocemos o vamos conociendo un poco más al profesor, al poeta y, sobre todo, al amigo y al compañero, leyendo estos versos nos damos cuenta de que, efectivamente, todo lo que hay aquí, cada palabra, cada idea, cada reflexión, es auténtica. Es un tipo de poesía la de Armando sincera y visceral que huye de ripios y de artificios para centrarse en temas esenciales, hondos, personales y sociales, también. Versos escritos con el corazón y con las entrañas.
El libro está divido en cinco apartados temáticos (cuatro y un epílogo final). Si tuviera que buscar un hilo conductor entre los cinco segmentos sería la palabra COMPROMISO. Se trata de un libro muy comprometido. Y en muchos aspectos, además. Se pueden apreciar cinco niveles de compromiso reflejados en cada uno de los apartados que constituyen el libro. A saber:
1. La primera parte, que es también la más extensa, se titula Ebriedad del pronombre. Está formada, posiblemente, por los poemas más personales. Armando refleja en ellos su compromiso consigo mismo, con su pasado y con su presente. También con su familia, con sus seres más queridos. Son versos repletos de amor, de melancolía y de esperanza; escritos desde la emoción, pero también desde la franqueza y la honestidad.
2. En la segunda parte, Pensamientos del camino, Armando muestra su compromiso filosófico con la existencia, con ese camino que es metáfora de la vida, donde hay pocas cosas absolutamente importantes: acaso, la amistad o la dignidad.
3. Alegre rebeldía es el título de la tercera parte. Aquí encontramos un intenso compromiso social. Injusticias, abusos, ignominias y atentados ecológicos pasan por la pluma más afilada de Armando. También encontramos en esta parte versos que reflejan su amor por la educación pública.
4. Los tres poemas que constituyen el cuarto apartado, de título Los poetas locos, muestran el compromiso del autor con la propia poesía, con el oficio de esculpir versos.
5. El último apartado, Epílogo, consta de un único poema. Para mí, uno de los más bellos y significativos del libro. Un poema que resume perfectamente, con hermoso realismo y sencillez, algo parecido a la felicidad. Ese podría ser el último compromiso del poeta: saber ser feliz con las cosas sencillas, sin necesidad de quimeras.
Además del compromiso, también añadiría otra palabra que se deja entrever en todos sus versos. Una palabra que va mucho con el autor y que también huele a aire verdadero. La palabra es OPTIMISMO. Porque recordar, reflexionar y criticar puede hacerse desde el desencanto o desde la ilusión. Y Armando decide hacerlo desde esta segunda opción.
Para terminar, en nombre de mis compañeros y en el mío propio, queremos darle las gracias a Armando. Queremos darle las gracias por ser valiente. Porque ha elegido dos profesiones, dos pasiones, que no están precisamente en su momento más boyante: la educación y la poesía. Hoy, cuando todos los chicos y chicas quieren ser youtubers e influencers o participar en algún reallity show, Armando está orgulloso de ser maestro y poeta. Nada menos. Y eso dice mucho. Y mola mucho.
Juan Manuel Játiva
El libro está divido en cinco apartados temáticos (cuatro y un epílogo final). Si tuviera que buscar un hilo conductor entre los cinco segmentos sería la palabra COMPROMISO. Se trata de un libro muy comprometido. Y en muchos aspectos, además. Se pueden apreciar cinco niveles de compromiso reflejados en cada uno de los apartados que constituyen el libro. A saber:
1. La primera parte, que es también la más extensa, se titula Ebriedad del pronombre. Está formada, posiblemente, por los poemas más personales. Armando refleja en ellos su compromiso consigo mismo, con su pasado y con su presente. También con su familia, con sus seres más queridos. Son versos repletos de amor, de melancolía y de esperanza; escritos desde la emoción, pero también desde la franqueza y la honestidad.
2. En la segunda parte, Pensamientos del camino, Armando muestra su compromiso filosófico con la existencia, con ese camino que es metáfora de la vida, donde hay pocas cosas absolutamente importantes: acaso, la amistad o la dignidad.
3. Alegre rebeldía es el título de la tercera parte. Aquí encontramos un intenso compromiso social. Injusticias, abusos, ignominias y atentados ecológicos pasan por la pluma más afilada de Armando. También encontramos en esta parte versos que reflejan su amor por la educación pública.
4. Los tres poemas que constituyen el cuarto apartado, de título Los poetas locos, muestran el compromiso del autor con la propia poesía, con el oficio de esculpir versos.
5. El último apartado, Epílogo, consta de un único poema. Para mí, uno de los más bellos y significativos del libro. Un poema que resume perfectamente, con hermoso realismo y sencillez, algo parecido a la felicidad. Ese podría ser el último compromiso del poeta: saber ser feliz con las cosas sencillas, sin necesidad de quimeras.
Además del compromiso, también añadiría otra palabra que se deja entrever en todos sus versos. Una palabra que va mucho con el autor y que también huele a aire verdadero. La palabra es OPTIMISMO. Porque recordar, reflexionar y criticar puede hacerse desde el desencanto o desde la ilusión. Y Armando decide hacerlo desde esta segunda opción.
Para terminar, en nombre de mis compañeros y en el mío propio, queremos darle las gracias a Armando. Queremos darle las gracias por ser valiente. Porque ha elegido dos profesiones, dos pasiones, que no están precisamente en su momento más boyante: la educación y la poesía. Hoy, cuando todos los chicos y chicas quieren ser youtubers e influencers o participar en algún reallity show, Armando está orgulloso de ser maestro y poeta. Nada menos. Y eso dice mucho. Y mola mucho.
Juan Manuel Játiva
Comentarios
Publicar un comentario